“La práctica no es lo que uno hace cuando es bueno. Es lo que uno hace para volverse bueno”; Malcolm Gladwell, sociólogo canadiense.
A ninguno se nos escapa que el traje azul más oscuro con una corbata azulona o el gris marengo con la antracita, ambos sobre una camisa blanca, cimentados en el mejor zapato Oxford negro de cordones, y con el indispensable pañuelo de blanco nuclear en algodón, puede encumbrar a todo caballero.
Lo paradójico es que aparte de ser lo más sencillo y la constatación que “menos es mucho más”, la adquisición inicial de un traje en el color azul marino (y aún -recomiendo- el más oscuro dark blue) supondrá el comienzo de un verdadero ejercicio de evolución y crecimiento: una master class continua. Me explico:
Sobre éste, que debiera ser de los primeros que todo hombre incorporamos a nuestro vestuario, podremos hacer múltiples pruebas de combinaciones con la certeza de que lo “aguanta” casi todo. Y constituirá un verdadero ejercicio de ensayos y pruebas para familiarizarse con sucesivas mezclas más complejas. Porque aparte de insulso cuando se abusa de su uso, resulta sublime si se viste en precisas ocasiones, y lo mejor es combina muy fácilmente. Por ejemplo:
Camisas
Cualquier color de camisa en un tono muy liviano va a “sentarle” fenomenal a este popular color. Las rayas y los cuadros por supuesto, además de conferirle al conjunto un toque mucho más relajado. Sensacionales resultaran las del mismo color pero mucho más tenues, las cuales son mis favoritas, mas el color de referencia será como siempre el blanco.
Corbatas
Los sólidos y vivos colores: rojos, verdes, amarillos y sin duda el marrón serán los más acertados. Los micro-estampados Macclesfield y de mínimos motivos serán los más apropiados, pero las rayas y los cuadros –tartán o madrás- también le conjuntan extraordinariamente. En definitiva, la corbata que no le caiga bien a este tradicional traje será complicado que sea agraciada de utilizar.
Complementos
En el complemento del pocket square solo evitaría los del mismo color o los más oscuros, el resto valen todos sin excepción. En cuanto al calcetín; de igual color que el traje para cierta formalidad y combinado con alguno de la corbata o el pañuelo si queremos sorprender.
Zapatos
En cuanto al pilar sobre el que se erigirá el conjunto, el negro me parece el único posible, más habrá particulares ocasiones (con luz natural y para ocasiones muy relajadas) en las que utilizar -para los tonos más límpidos del azul marino- los más ennegrecidos marrones puede no desentonar en exceso.
Lo más gratificante de este color para el traje es que sirve como punto de partida en las futuras elecciones (más arriesgadas) de este uniforme informal. Es decir, para que las siguientes selecciones de trajes sean ya los más evolucionados azules: con la mítica raya diplomática, con los tenues estampados de cuadros o los agradecidos cuadros ventana y aún más audaces.
Muchas gracias y buena suerte,
David Garcia Bragado
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